jueves, 22 de febrero de 2007

Sólo una forma de querer...

Es lo que me has dicho que te caracteriza, es lo que me has dicho que me caracteriza. Nada de medias tintas, o decir algo así como "a esta persona la quiero sólo hasta aquí", no sabes hacerlo de otra manera, porque cuando tú quieres, quieres de verdad, sin limites, dándolo todo. Porque a mí me sucede exactamente lo mismo.

Pero tú aún no estás preparado, por eso ni siquiera me das la mitad, porque tú no das la mitad. Cuando tú das, lo das todo. Pero tú aún no estás preparado, dos capítulos sin cerrar te separan de que te permitas ser feliz. Dos capítulos, presentes día a día, momento a momento, que no te dejan descansar. Dos historias que se han quedado atrás, y tú con ellas, ya que no has querido avanzar.

Y ahora, miembro de ningun lugar. Aquí no te sientes como en casa, y tu casa ya no es lo que era. No encuentas sitio en ninguna parte, pero el problema es que tampoco quieres hacerlo, atados tu mente y tu corazón como lo están a esas dos historias.

Pero todo tiene cura. Es posible que pronto (o no tan pronto), aparezca algo tan brillante que te ciegue y ya no consigas ver eso que ahora te molesta. Pero también depende de ti, porque si no quieres ver, no verás.

Sientes a todo el mundo de paso, me sientes de paso, pero también te sientes de paso a ti mismo. Es tu espíritu que no quiere descansar, quiere seguir atado al pasado, a la mujer con la que aprendiste a vivir y la otra mujer con la que pudo ser y no fue, y ahora ya es tarde.

Tus lágrimas las llevaré siempre conmigo, tus abrazos, tus besos, tus miradas, tus sonrisas. Porque el querer no es cosa que uno escoja, y antes de nada, yo te quiero como amiga. Y aunque no sepas verlo aún... no estás solo...

No hay comentarios: