domingo, 29 de abril de 2007

Intranquilidad

No quiero verlo,
ni oirlo,
ni saber que oye mis pasos en su techo...

domingo, 22 de abril de 2007

Todavía una canción de amor

Juntos dos monstruos de la composición.

¿Y quién no debe una promesa importante?

Feliz cumpleaños, viejito

y que cumplas muchos más. Es una pena que no tenga aquí ninguna foto tuya para poner en el blog. Espero que estés bien y mi ausencia te afecte lo menos posible. Sé feliz, a tu edad ya no estás para tonterías.

jueves, 19 de abril de 2007

El perfume secreto de la glicina


El camino del trabajo a casa es el camino al pasado. El momento en que me vuelvo hacia adentro y pienso y recuerdo. Parece que aún fue ayer cuando te fuiste, cuando decidiste que ya no quería seguir viviendo, que tu cuerpo estaba ya cansado de tanto vivir, pero sin embargo el próximo martes ya va a hacer tres años que perdí algo importante en mi vida, que sufrí un daño irreparable, que me quitaron algo insustituíble, que te fuiste a esa tierra lejana y desconocida de la que no hay retorno.

Te echo tanto de menos, echo de menos nuestros paseos por el campo, cuando nos íbamos a conversar y a pensar como estoy pensando yo ahora.

Recuerdo que sólo en abril florece la glicina (wisteria sinensis), e íbamos a menudo a oler su perfume embriagador al muro de la casa cercana; también cuando te comías tantas moras que acababas con la boca completamente roja. Te echo de menos... Cada vez que veo o huelo esa flor pienso automáticamente en ti, como si vuestros recuerdos estuvieran irremediablemente relacionados en mi mente. El olor de la glicina me trae tu recuerdo...

Y no tengo nada, ni una lápida sobre la que llorar, nada tuyo, sólo fotos, recuerdos y un puñado de amigos que te recuerdan como yo: único en el mundo.

Cuando tú te fuiste se me fue algo contigo. No he podido volver a encontrarlo...

lunes, 16 de abril de 2007

El olor de la primavera


Ayer fue un día bonito, precioso, de esos que atesoras, con momentos irrepetibles. La primavera se deja ver por estas frías tierras, y ha venido con una ola de calor. Decidida a seguir el consejo del sabio Miguel (tu frase últimamente es: "Pero que cocido estoy!", jeje), esperé a tener ganas. Las últimas semanas están siendo cada vez peores en lo que respecta al proyecto. Me cuesta concentrarme, estoy muy cansada al llegar de trabajar, los fines de semana me deprimo porque me los paso encerrada sin ver a nadie, discuto con mi compañera, veo que me han tocado los peores capítulos, ... El fin de semana pasado me lo pasé llorando de impotencia, no entendía nada de un capítulo que me había tocado, estaba agotada, necesitaba ver seres humanos, y para colmo discutí contigo. Y ha pasado toda la semana, toda la semana para tener una conversación lo más cabal posible sobre nosotros y esto en lo que andamos juntos, esto que no tiene ni nombre, que nadie sabe lo que es, esto, que yo llamo "barco".

Afortunadamente suelo ser una persona cabal (quién diría esto a veces) y con el transcurso de la semana se me fue pasando el enorme estrés emocional y físico que tenía encima. Dejé de pasear de modo frenético por mi habitación, y de llamar a mis amigos buscando consuelo, de mirar todo el rato el messenger con la esperanza de poder ver a alguien con quien hablar y de pasarme las horas delante del ordenador sin poder avanzar. Mi ánimo mejoró, empecé a relativizar las cosas, me relajé y todo fue a mejor. Gracias tengo que dar a los amigos que estuvieron a mi lado: Reza y Christian sobre todo. Gracias a los jocosos comentarios de Reza, siempre queriendo sacar de ti verdades sobre lo nuestro, poniéndote en evidencia (lo de la silla fue lo más de lo más). Y gracias a Christian, por velar por los dos, pero sobre todo por mí. Gracias a tus amigos, que se han convertido también en los míos, y quieren lo mejor para mí.

El jueves Christian se fue para pasar tres semanas en su tierra. Un par de conversaciones, la última de ellas en el aeropuerto de mañanita, deseándome que estuviera lo mejor posible en su ausencia.

Y finalmente llegó el día que pudimos hablar, casi una semana después de la discusión, conversación, cambio de pareceres o como quiera que se llame. Mi punto de partida: que estoy cansada de que cuando tienes esas dudas y quieres estar solo no eres claro conmigo; segundo punto: parece que sólo a mi me importa esto, que sólo yo tengo interés por que nos veamos, pero que realmente sólo quedamos cuando tú quieres.

Lo que empezó como una conversación un poco tensa en el restaurante chino (yo ya no sabía si atenderte a ti o a los palillos) terminó como casi todas nuestras conversaciones, con risas, caricias y compresión. Al menos estabas receptivo y querías entenderme. Me he explicado lo mejor que he podido y creo que he llegado hasta ti. Hubo muchos temas serios, pero al final creo que ha salido bien. Se planteó si debíamos seguir juntos o no en el "barco". Pero ninguno de los dos quería abandonarlo, aunque tu cabeza siga por momentos dividida, presa de algo que no es ni nunca fue real. Un engaño, un juego, una mala jugada del destino? Nadie lo sabe. Tan solo necesitas tiempo para aceptar tu vida aquí, para querer ver que aún te quedan sueños, y que no todos se te han roto por el camino. Porque el tiempo y la vida nos hacen sabios, y nos ayudan a ver que muchas veces los sueños no los vemos como deberíamos, aparecen con un disfraz, y que sólo con el tiempo aprendemos a ver su verdadera apariencia, y es cuando nos damos cuenta de que quizá no están tan lejos como pensábamos.

Dos días después, el domingo por la mañana, seguí el consejo del sabio Miguel, y aprovechando esta primavera repentina (casi verano, por favor, que había 28 grados) a las 12 de la mañana me puse un pantalón pirata, una camiseta de tiras, chanclas y cogí la bici para disfrutar del sol. Me fui al centro, saqué dinero, pasé por casa de Reza (no estaba, normal, con el día que hacía...) y luego me fui a la zona del castillo, el césped, los patos, los cisnes. Era una gozada ver a todos los belgas tirados en el cesped en bañador, sonrientes, relajados. Descubrí zonas nuevas, bonitas, y a la 13:30 volví a mi casa, con fuerzas renovadas y ... ganas de trabajar. Gracias Miguel!

A última hora, cuando volviste de escalar, me dijiste si quería dar un paseo, tomar un helado, conversar. Y aprovechando que la noche estaba esplendorosa, y tú y yo también, allá nos fuimos, a perdernos por las calles apenas transitadas de Lovaina. Lo que tuve de ti en esos momentos superó con creces lo que podía esperar en este momento. No sé si no quise creérmelo o me dio miedo el paso que me pareció que diste/dimos, pero esa noche me invadió un sentimiento de irrealidad, de cuento, de algo inalcanzable, mágico, irrepetible. Es posible que me dé miedo el creer que después de todo, no estás perdido, y puede evolucionar este "barco". Y eso lo pude vislumbrar ayer por la noche, en que parecía que eras mío sin reservas, sin miedos, sin dudas. Con la sonrisa siempre puesta, cariñoso, cogiéndome de la mano una y otra vez. Ayer vi algo que no había visto hasta entonces en ti, y me dio miedo. Porque, quién no tiene miedo al cambio?

Ayer vi que "esto" era posible, que mi sueño podía dejar de ser fantasía; vi "realidad", vi que realmente quieres intentarlo, renunciando a muchos de tus fallos, reconociendo tus defectos, queriendo mejorar, adaptarte.

Ayer vi una nueva dimensión de ti, en el aire quieto y mágico de esta primavera floreciente, en las motitas de polen que brillan en el aire, en las flores que coronan los árboles. Ayer el olor de la primavera me trajo tu olor. Ayer vi que uno más de mis sueños podía hacerse realidad (voy a tener que tener cuidado con lo que deseo, porque llevo una rachaaa).

Tengo mucho trabajo, y poco tiempo, pero escribo esto por lo mismo que Antoine de Saint-Exupèry:

"Transcurrieron ya seis años que mi hombrecito se marchó con su cordero. Intento describirlo aquí sencillamente para no olvidarlo. Es triste olvidar a un amigo. No todos han tenido esta oportunidad. Podría transformarme en persona grande e interesarme sólo por las cifras. Es por ello que me he comprado una caja de lápices de colores. A mi edad, es penoso retomar el dibujo, cuando sólo se hicieron algunos esbozos de boas cerradas y abiertas a la edad de seis años. Intentaré hacer la reproducción de los dibujos, lo más parecidos posible. Dudo tener éxito pues un retrato va, y el otro no se parece más. Cometo errores en la talla. Es aquí el principito demasiado alto; allá algo pequeño. Se me desdibuja por instantes el color de su vestido. Voy ensayando de una forma u otra a fin de lograr el retrato más próximo a él. Habrán de perdonar mis imperfecciones. Mi amigo jamás daba explicaciones. Tal vez me creía parecido a él; aunque yo lamentablemente, no poseo la cualidad de ver corderos a través de una caja. Me pareceré quizá a las personas grandes. Indudablemente, debo haber envejecido".

Los momentos mágicos son únicos, y es una pena que se pierdan en la laguna del olvido, por eso el escribirlos es una manera de hacer que perduren en el tiempo. Porque esas sensaciones quedan congeladas y se pueden revivir cada vez que se lee lo escrito.

Besos a todos, hoy me siento bien

lunes, 9 de abril de 2007

No quiero verte

porque si te veo me va a doler, porque si te veo voy a ser incapaz de no caer otra vez en tus redes, porque si te veo querré buscarte, porque si te veo caeré irremediablemente en tus brazos, porque si te veo me desharé en pedacitos, porque si te veo me derretiré como un helado al sol, porque si te veo te apoderarás de mí de nuevo, porque si te veo derrumbarás esta fuerza que intento labrarme, porque si te veo volveré a estar a merced tuya.

Y no quiero.

Pero sí quiero verte, y sentirte. Aunque vuelvas a hacer el idiota una vez mas...

domingo, 8 de abril de 2007

Día extraño

Christian, por qué cada vez que quedo contigo me haces pensar, preguntarme cosas que no quiero ni saber que existen? Porque me parece que todo está bien, pero bajo esa apariencia de calma, tú me haces ver el iceberg que está debajo. Y remueves cosas que permanecían tranquilas, adormiladas. Me haces ver la miseria existente en este momento, aquí.

Y realmente pienso, pienso y pienso. Y cuando acabo, vuelvo a pensar, hasta que los pensamientos están ya gastados de tanto pensar en ellos, de tanto frotarlos, buscando el talón de Aquiles, el punto débil, la manera de arreglar algo.

Y no encuentro nada. Y tus palabras me desconciertan. Estoy cansada de que sea siempre cuándo y cómo tú quieres. Cansada. Te digo que no me gusta. Y me dices que ponga solución a ello, que me manifieste, que diga lo que yo quiera. Pero eso es entrar en una paradoja, porque de qué me sirve querer algo si sé que no es posible, explícitamente porque tú no quieres? No lo entiendo.

Christian dice que también está cansado, pero que no te dice ni la mitad de las cosas que piensa, porque vuestra amistad se vería afectada. Porque estas amistades resisten porque la gente que te quiere tiene paciencia contigo, paciencia con el poco respeto que muestras hacia los que te quieren. Porque crees que estaremos siempre ahi... no lo sé. Sólo sé que hay cosas que puedo comprender, pero hay otras que no, y que me cansan y que no son normales. Y quiero dejar de depender de tus deseos, dejar de que mi felicidad dependa de como te levantes cierto día, de que mi sonrisa deje de brillar porque no seas claro, porque ni tú mismo tengas nada claro. Sé que debo ser paciente, eso lo entiendo, entiendo que no tengas las cosas claras, y que haya momentos duros. Pero lo que no voy a admitir es que no seas claro conmigo, y dejes las cosas pasar. Estoy cansada de "a ver si", estoy cansada de "creo que sí, creo que no". Estoy cansada. Estoy cansada de estar pendiente de tus deseos. Estoy cansada de que me digas que los míos te importan, cuando tan a menudo demuestras que te da igual. Estoy tan cansada...

Y hoy hace sol, pero mi ánimo está de color gris tirando a negro....

......................

Pero como en esta vida no todo es negro o blanco, y tenemos algo que equilibre las fuerzas, el Ying y el Yang, hoy ha sucedido algo bueno, esperanzador.

Después de más de dos meses (tres ya?), hemos hecho las paces un amigo y yo. El amigo con el que empezó este blog. El que me ofreció su amistad y después me la quitó... por miedo. Quién tomó la decisión de hablar hoy? Yo. Él llevaba dos semanas queriendo escribirme un mail, pidiéndome perdón, pero no fue capaz. Menos mal que se me ocurrió hoy volver a hablar, y derribar este muro de silencio que se había extendido entre los dos. Porque no tenía sentido. Me alegro de haber reunido el valor para hablarle, y me alegro de que me haya recibido bien, y él necesitara lo mismo que yo.

Una espina menos clavada en el corazón, una cicatriz más. Me pareció que hoy era un buen día para arreglar cosas... aunque haya cosas que no tienen arreglo...

sábado, 7 de abril de 2007

Una ciudad es un mundo...

... cuando amamos a uno de sus habitantes.


Eso lo dijo Laurence Durrell, en "Justine", la primera parte de "El cuarteto de Alejandría". Porque, como ya dije otro día, una ciudad se hace especial por lo que se vive en ella. Y si se ama a uno de sus habitantes, y en ella se viven cosas especiales con esa persona, inmediatamente, esa ciudad se hace especial.

Ahora Lovaina se ha quedado vacía, tan vacía como se quedará después del verano, cuando todos los miembros del Spanish ghetto, a excepción de una servidora, se irán. Algunos para sus lugares de origen, otros probarán suerte en sitios nuevos, y los que puedan y lo quieran, se quedarán en este pais, por muchos llamado absurdo, pero en la capital. Lovaina se quedará vacía, tal y como está ahora. Así que con estos días ya puedo saber más o menos como será, aunque ahora realmente no tenga demasiado tiempo para darme cuenta. Del trabajo a casa, en casa a trabajar en el proyecto fin de carrera, cenar, dormir poco y al trabajo otra vez.

Pero no realmente vacía. Se irán las personas con las que he compartido más cosas aquí, mi familia adoptiva, los que me ayudaron cuando más lo necesitaba, cuando parecía que todo era muy negro y sin solución, con los que reí, lloré, canté, salí, conversé, cociné, bailé... en una palabra: viví.

Pero el hombre es un ser social, y aunque yo muchas veces sea una persona solitaria, pues he conocido más personas que valen la pena aquí: mis amigos chilenos, que estarán por aquí una media de cuatro años. El nexo, tú. Personas que me han acogido como una más, que me hablan y confían en mí como una vieja amiga, que me invitan a comer, abren las puertas de sus casas y me dan lo más íntimo que ellos tienen. Se dan a ellos mismos. Personas que son mucho más complejas de lo que pensé en un principio, con motivaciones insospechadas, facetas sorpendentes y modos de ver la vida totalmente distintos. Personas que me han permitido entrar en el tupido telar de sus vidas, intrincadamente tejido, y al que ya irremediablemente estoy ligada.

Y luego estás tú, que sin quererlo, sin pensarlo, sin premeditarlo, has entrado a formar parte de mi vida y te has quedado en ella. Los días que pasamos juntos son un regalo para mí. Tu atención, tu paciencia, tu comprensión, tus ganas de escucharme. El saber que significo algo para ti. Aunque sólo sea un espejismo y cualquier día se te dé por tirar la toalla. Me estoy acostumbrando a tenerte aquí. A que formes parte de mi nueva y "estable" vida belga, de mi mundo. Sin ti esto ya no sería lo mismo. Eres alguien necesario y alguien que puede necesitar de mí. Alguien que está aquí pase lo que pase, en todo momento, haga lo que haga y piense lo que piense.

Y como dijo Laurence Durrell: "Una ciudad es un mundo cuando amamos a uno de sus habitantes". Y es verdad. Con amor siempre luce el sol en este lluvioso país.