jueves, 19 de abril de 2007

El perfume secreto de la glicina


El camino del trabajo a casa es el camino al pasado. El momento en que me vuelvo hacia adentro y pienso y recuerdo. Parece que aún fue ayer cuando te fuiste, cuando decidiste que ya no quería seguir viviendo, que tu cuerpo estaba ya cansado de tanto vivir, pero sin embargo el próximo martes ya va a hacer tres años que perdí algo importante en mi vida, que sufrí un daño irreparable, que me quitaron algo insustituíble, que te fuiste a esa tierra lejana y desconocida de la que no hay retorno.

Te echo tanto de menos, echo de menos nuestros paseos por el campo, cuando nos íbamos a conversar y a pensar como estoy pensando yo ahora.

Recuerdo que sólo en abril florece la glicina (wisteria sinensis), e íbamos a menudo a oler su perfume embriagador al muro de la casa cercana; también cuando te comías tantas moras que acababas con la boca completamente roja. Te echo de menos... Cada vez que veo o huelo esa flor pienso automáticamente en ti, como si vuestros recuerdos estuvieran irremediablemente relacionados en mi mente. El olor de la glicina me trae tu recuerdo...

Y no tengo nada, ni una lápida sobre la que llorar, nada tuyo, sólo fotos, recuerdos y un puñado de amigos que te recuerdan como yo: único en el mundo.

Cuando tú te fuiste se me fue algo contigo. No he podido volver a encontrarlo...

No hay comentarios: