domingo, 8 de abril de 2007

Día extraño

Christian, por qué cada vez que quedo contigo me haces pensar, preguntarme cosas que no quiero ni saber que existen? Porque me parece que todo está bien, pero bajo esa apariencia de calma, tú me haces ver el iceberg que está debajo. Y remueves cosas que permanecían tranquilas, adormiladas. Me haces ver la miseria existente en este momento, aquí.

Y realmente pienso, pienso y pienso. Y cuando acabo, vuelvo a pensar, hasta que los pensamientos están ya gastados de tanto pensar en ellos, de tanto frotarlos, buscando el talón de Aquiles, el punto débil, la manera de arreglar algo.

Y no encuentro nada. Y tus palabras me desconciertan. Estoy cansada de que sea siempre cuándo y cómo tú quieres. Cansada. Te digo que no me gusta. Y me dices que ponga solución a ello, que me manifieste, que diga lo que yo quiera. Pero eso es entrar en una paradoja, porque de qué me sirve querer algo si sé que no es posible, explícitamente porque tú no quieres? No lo entiendo.

Christian dice que también está cansado, pero que no te dice ni la mitad de las cosas que piensa, porque vuestra amistad se vería afectada. Porque estas amistades resisten porque la gente que te quiere tiene paciencia contigo, paciencia con el poco respeto que muestras hacia los que te quieren. Porque crees que estaremos siempre ahi... no lo sé. Sólo sé que hay cosas que puedo comprender, pero hay otras que no, y que me cansan y que no son normales. Y quiero dejar de depender de tus deseos, dejar de que mi felicidad dependa de como te levantes cierto día, de que mi sonrisa deje de brillar porque no seas claro, porque ni tú mismo tengas nada claro. Sé que debo ser paciente, eso lo entiendo, entiendo que no tengas las cosas claras, y que haya momentos duros. Pero lo que no voy a admitir es que no seas claro conmigo, y dejes las cosas pasar. Estoy cansada de "a ver si", estoy cansada de "creo que sí, creo que no". Estoy cansada. Estoy cansada de estar pendiente de tus deseos. Estoy cansada de que me digas que los míos te importan, cuando tan a menudo demuestras que te da igual. Estoy tan cansada...

Y hoy hace sol, pero mi ánimo está de color gris tirando a negro....

......................

Pero como en esta vida no todo es negro o blanco, y tenemos algo que equilibre las fuerzas, el Ying y el Yang, hoy ha sucedido algo bueno, esperanzador.

Después de más de dos meses (tres ya?), hemos hecho las paces un amigo y yo. El amigo con el que empezó este blog. El que me ofreció su amistad y después me la quitó... por miedo. Quién tomó la decisión de hablar hoy? Yo. Él llevaba dos semanas queriendo escribirme un mail, pidiéndome perdón, pero no fue capaz. Menos mal que se me ocurrió hoy volver a hablar, y derribar este muro de silencio que se había extendido entre los dos. Porque no tenía sentido. Me alegro de haber reunido el valor para hablarle, y me alegro de que me haya recibido bien, y él necesitara lo mismo que yo.

Una espina menos clavada en el corazón, una cicatriz más. Me pareció que hoy era un buen día para arreglar cosas... aunque haya cosas que no tienen arreglo...

No hay comentarios: