martes, 4 de septiembre de 2007

Leuven, la ciudad anónima

La pequeña ciudad que se nos traga a todos, que nos roba nuestra identidad. Nos convertimos automáticamente en estudiantes internacionales, aunque estemos trabajando. Nos convertimos en juerguistas, aunque llevemos una vida estresada. Leuven, pequeña ciudad de paso, por tus calles discurren multitud de vidas, pero apenas ninguna echa raíces en ti. Leuven, pequeña ciudad, con tu olor a la fábrica de Stela Artois cuando sopla viento del nordeste, con tu lluvia, tus calles y plazas empedradas, tus estudiantes pasando horas interminables en tus bares, bebiendo de tu esencia, de tu levedad, de tu simple pasar. Porque aquí pasa la vida, pasa sin detenerse, sin dejar nada. Vida que se va y otra nueva que está por llegar.

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