Porque después de tanto tiempo es como si aún nos hubiéramos visto ayer. Porque tú no eres el mismo ni yo tampoco soy la misma, pero lo que hay entre los dos sigue siendo lo mismo que hace ya tantos años.
Porque hoy te he ido a llevar al aeropuerto, pero sin embargo sigo escuchando el eco de tu voz saliendo de cada boca. Y te sigo viendo de refilón en todos sin darme cuenta. De verdad tengo que concentrarme para aceptar que ya no estás, para dejar de sentir esa sensación que me es tan familiar: sentir tu presencia.
La vida es un regalo y un presente mitad despierto mitad dormido (Andrés Calamaro)
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